Holobionte

Cafetería viva 🍄

Bitácora de campo:

Me adentré en una estructura discreta, casi camuflada entre la vegetación urbana. Su nombre: Holobionte. Un término que en biología refiere a un ser compuesto por muchos seres. No una unidad aislada, sino una comunidad viviente. Como los líquenes, como los corales. Como nosotros, tal vez.

Al interior, confirmé mi hipótesis inicial: Holobionte no es una cafetería. Es un organismo colectivo. Un ecosistema acogedor donde fermentan el café, los libros, el pensamiento lento y la hospitalidad consciente. Cada rincón parece tejido por raíces invisibles que conectan taza, mesa, palabra y mirada.

Aquí se respira cooperación. El café es de origen mexicano, cuidadosamente seleccionado por tostadores locales y extraído con dedicación meticulosa para honrar la labor de los caficultores que, antes de esta taza, cuidaron con paciencia y saber cada grano. La extracción no es un paso: es un tributo.

Los hongos en su imagen no son casuales: representan redes subterráneas, conexiones invisibles, vida que se expande sin hacer ruido. Holobionte es eso. Un nido de relaciones significativas. Un espacio donde las realidades conviven, y donde el visitante no es cliente, sino huésped de una colonia de ideas.

Si decides explorar este organismo, hazlo sin prisa. Holobionte no es un destino. Es exploración. Cada visita, una travesía por formas de habitar con otros. Un recordatorio de que también nosotros somos colonias de vida, buscando cobijo.